Descripción
Aceite y Sal es una obra literaria metáfora de un colmado, una despencilla, un hanut donde una acude a por un avío y quien dice un avío dice una historia. En el conjunto de relatos se refieren las vidas y el sentir donde germinan las letrillas del cante hondo.
Aceite y Sal son ingredientes imprescindibles en un guiso. Son monedas de cambio que quitan el hambre. Sal en las heridas, aceite en las cicatrices. En aceite, antes que en pringue, y en sal Andalucía ha conservado el bagaje que no le cogía en la memoria.
Puro Neovanguardismo andaluz, traiga usted pan y moje.
Hafsa Arrabal
Escritora referente de la literatura andaluza donde lo universal toma tierra.
Hafsa Arrabal (1991) es un pseudónimo que nace del remiendo y el bordao del nombre de personas y ánimas presentes hasta doler en el garganta de la autora.
Nacía y criá en el Centro del Cosmos entre cuentos serranos, cantes flamencos y cuentas de cabeza que no salían.
Durante su infancia aprendió a cuidar de otras personas, a hablar bien y a mediar entre especies.
Lloró en su adolescencia por no encajar en ninguno de los mundos que se le presentaban. Adquirió riquezas durante su juventud que le permitieron financiarse un viaje al centro de sí misma y pagar el bautizo para el perdón de los pecados así como otros privilegios de quien tiene padrino. Camina por la senda de la adultez y diosmía adoquina el camino al compás de sus pasos.
¡Lo quiero prima!
Pídelo cari, que te llega a tu casita. Pero ten en cuenta, quilla, que no somos Amazon, cada libro que se vende es libro que se empaqueta y se lleva a Correos con tol cariño. Así que os pedimos paciencia y respeto de los tiempos.
Porque recuerda quilla, su mijita de apoyo mutuo hace la diferencia. Gracias por estar y hacer que esta editorial exista.
Un abrazo apretaíto
Este libro pertenece a la colección «Un tiro al aire», un laboratorio de experimentación literaria, una ruptura de silencio, una válvula de escape a la cartografía de emociones que atraviesan lo cotidiano, un lugar donde se abre el aire para respirar. Del revoleo de las alegrías cantadas por Camarón se abre un camino, una brecha por donde mirarnos las unas a las otras.
